El amor de los amores se entregó por todos nosotros

En la noche del jueves santo se realizó la misa popular de las misiones en las reducciones de San Ignacio en un marco imponente e histórico, fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez, acompañada por el párroco de san Ignacio Eugenio Moreira, el coordinador y delegado episcopal de medios el presbítero Miguel Moura, y el canciller de la diócesis el presbítero Sebastián Escalante, además de los diáconos y a los jóvenes del seminario diocesano Santo Cura de Ars.

Fue una celebración eucarística a la que asistieron alrededor de 5 mil personas y que después de mucho tiempo se volvió a realizar con la presencia de músicos populares y como lo hacían los pueblos originarios en la plaza central de las reducciones jesuíticas, recordando que Dios debe ser el centro de nuestra vida.

Monseñor Juan llamó al servicio recordando que la noche del jueves santo es la noche del silencio y la de la caridad, noche en la que Jesús se hace servidor, se hace dueño del silencio y que con los gestos nos enseña a amar.

Durante la homilía recordó momentos de la noche del jueves santo, invitó a pedir a Jesús que podamos dar respuestas a nuestros hermanos más necesitados a través de la caridad. Porque en el tiempo que nos toca vivir “la gran respuesta es la caridad”. Además llamó que celebramos que Dios dio su vida por amor y resucitó. La resurrección de Jesús es la certeza de nuestra esperanza, porque como cristianos sabemos que el Señor venció a la muerte y nos hizo hijos adoptivos de Dios.

Además, Monseñor Juan Rubén Martínez destacó: “esta noche celebramos la caridad y el amor, lo que Jesús nos anunció: “que amar es dar la vida” y no es fácil que el mundo entienda este mensaje cristiano, “la buena noticia”, porque muchas veces por la sociedad mercantil en la que vivimos, no se toma al otro como sujeto digno, sino como un objeto de consumo y en ese contexto es muy difícil entender el amor de la caridad, el amor que se da y se globaliza cuando se da en solidaridad.

Al finalizar la homilía, se realizó el tradicional gesto del lavatorio de los pies a miembros de comunidad. Allí monseñor destacó el servicio de Jesús maestro “con este gesto, Jesús nos mirá y se pone al servicio, siendo Dios se pone al servicio

Monseñor, explicó que la misa de Jueves Santo es sumamente importante porque “cuando celebramos esta noche la Eucaristía, celebramos la actualización del amor donado de Jesús. Queremos pedirle al Señor en esta Eucaristía que podamos nosotros los cristianos hoy también saber que la gran respuesta en nuestro tiempo es la caridad, nuestros gestos, nuestro estilo de vida, nuestro compromiso es tener en el corazón a todos, pero sobre todo a aquellos que más nos necesitan”, solicitó.

El Padre, también hizo referencia al lugar histórico en donde se celebró la Misa y a los Santos Mártires que vivieron la Evangelización y dieron su vida por ella, e invitó a tenerlos por modelos para servir a Dios y a nuestros hermanos como ellos lo hicieron.

Para finalizar, Monseñor, remarcó que “la Pascua es celebrar el amor, la caridad y el triunfo de la esperanza. La Vida siempre triunfa, la muerte no” e invitó a que reflexionemos sobre nuestros actos y consigamos llevar adelante nuestra misión de amor y caridad, sobre todo con los hermanos más necesitados.

Fuente: Diócesis de Posadas